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La Pequeña Habana corre riesgo de desaparecer. ¿Podrá este plan revertir ese presagio? (ESTADOS UNIDOS)

Los cambios ascendentes en las características socioeconómicas de los habitantes de La Pequeña Habana, propulsados por la regeneración urbana al estilo de Brickell, amenazan con desplazar a la población original más desposeída y degradar la herencia cultural de este emblemático vecindario hispano de Miami. Así lo han alertado urbanistas, conservacionistas, funcionarios públicos y activistas cívicos en los últimos años.

 

Con el objetivo de contrarrestar esta tendencia urbanística y crear un mayor equilibrio entre el desarrollo y las necesidades de los residentes, una coalición de organizaciones respaldada por los gobiernos municipal y condal consultó con 2,700 vecinos y personas interesadas en el vecindario a fin de descifrar los desafíos que encaran y esbozar soluciones que redunden en una mejor calidad de vida.

 

El resultado de la pesquisa de dos años es un abarcador plan maestro de revitalización, desvelado este martes, que de implementarse promete construir a largo plazo una comunidad más saludable, equitativa y resiliente, capaz de asegurar su bienestar y viabilidad económica, y aprovechar las oportunidades de innovación que surgen del cambio.

 

“Lo más importante de La Pequeña Habana son sus residentes, este plan se centra en ellos y propone estrategias para la protección de sus viviendas asequibles, y la reinversión con nuevas infraestructura y edificios que fortalezca la identidad del barrio, y asegure una vida mejor y más saludable para sus futuras generaciones”, afirmó Juan Mullerat, director de Plusurbia Design, la firma de diseño urbano y planificación que lideró el proyecto junto al Fideicomiso Nacional de Preservación Histórica.

 

El informe menciona mejoras de vías y proyectos de obras públicas realizados en tiempos recientes “que en realidad han trastornado el carácter único de La Pequeña Habana, en lugar de reforzarlo”.

 

La Pequeña Habana es un lugar fascinante con un bello entorno natural, rico en cultura, historia y tradiciones. Para preservar su identidad en medio del boom inmobiliario, los investigadores concluyeron “que si llenamos las tierras vacantes con nuevos desarrollos compatibles en escala, La Pequeña Habana pudiese crear espacio para 10,000 nuevos residentes y 550 nuevos negocios, sin demoler ni una sola estructura”, señaló James Lindberg, vicepresidente del Fideicomiso, cuya misión es salvar los lugares históricos en Estados Unidos.

 

La entidad sin fines de lucro designó a La Pequeña Habana como Tesoro Nacional por ser “un símbolo de inclusividad, un testimonio del espíritu inmigrante que construyó nuestra nación”.

 

No obstante, la presión de la industria inmobiliaria por la proximidad a Brickell, la demolición de edificios históricos y el desplazamiento de residentes de menos ingresos por el aburguesamiento vecinal, ponen en jaque esa riqueza cultural, sostienen los expertos en preservación.

 

EL PLAN DE ACCIÓN

 

El plan urbanístico para salvar la identidad de La Pequeña Habana, titulado “Little Havana Me Importa”, se presentó a los medios en el Koubek Memorial Center, bastión de la preservación de la cultura cubana e hispanoamericana en Miami-Dade durante más de cinco décadas.

 

Estuvieron presentes el alcalde de Miami, Francis Suárez, y la comisionada de Miami-Dade Eileen Higgins, quien representa al Distrito 5, cuya jurisdicción abarca La Pequeña Habana. Ambos líderes políticos, así como administradores y directivos de departamentos de los gobiernos locales, han sido partícipes del proceso de elaboración del plan maestro, dijo Mullerat.

 

“No queríamos presentar un proyecto y que nadie lo hubiera visto antes; hemos preparado este documento en conjunto con el Condado y la Ciudad”, agregó el urbanista. “Es un plan que está dirigido a la implementación de estas recomendaciones”.

 

Otras organizaciones vinculadas a la elaboración del plan maestro son: Dade Heritage Trust, Live Healthy Little Havana, Health Foundation of South Florida y Urban Health Partnerships.

 

Según la propuesta, la revitalización comunitaria se dividirá en cuatro áreas principales:

 

▪ Identidad y sentido de pertenencia

 

▪ Movilidad

 

▪ Naturaleza

 

▪ Cohesión comunitaria

 

“Propone reducciones en los requisitos de estacionamiento, para fomentar viviendas más asequibles para las personas a través de la rehabilitación y el cambio de uso a pequeña escala”, explicó Lindberg. “Y ofrece una visión de vías verdes seguras y transitables para personas en lugar de vías de uso único para automóviles”.

 

De unos 1,500 acres que tiene La Pequeña Habana, el área de mayor densidad poblacional en la Ciudad de Miami donde viven unas 60,000 personas, apenas 1.6 por ciento del territorio está destinado a espacios verdes, comparado con un 23 por ciento dedicado a calles y carreteras, según el informe.

 

A esto responde que una de las propuestas sea modificar las calles que conectan parques y escuelas, reverdeciéndolas y limitando el tránsito a acceso local solamente. Así se crearán jardines y zonas de juego para los niños.

 

“Existen diferentes estándares en nuestros parques de La Pequeña Habana comparado a vecindarios como Wynwood, Coconut Grove y Brickell, donde los parques son más accesibles y acogedores. Muchos residentes se quejan de que nuestros parques tienen cercas muy altas, pocas puertas de entrada, pocas luces y baños cerrados los fines de semana”, comentó Raissa Fernández, presidenta de la junta directiva del Live Healthy Little Havana y propietaria de un negocio de transporte escolar fundado en el vecindario por su abuela en 1965.

 

“No son funciones buenas para una comunidad que sufre de enfermedades vinculadas a la falta de actividad física. Nos merecemos buenos parques también”, agregó Fernández.

 

 


DANIEL SHOER ROTH / El Nuevo Herald

Página Web -  2019/06/11

Fuente: https://www.elnuevoherald.com/