En la década de los 70, cuando muchos barrios de la ciudad de Nueva York sufrían de un completo abandono y desinversión, la idea de una crisis de la vivienda asequible parecía inconcebible. En las cuatro décadas siguientes, barrios enteros se han transformado, creando vibrantes centros de negocios locales y calles más seguras. Esos cambios también han significado que el costo de los alquileres subiera grandemente haciendo que la clase trabajadora y las familias de ingresos medios pierdan competitividad. Para poder satisfacer la creciente demanda de vivienda asequible, tenemos que aprovechar todos los recursos, todas las herramientas disponibles, y reformar el programa de vivienda 421-a de deducciones impositivas para cubrir de la mejor forma las actuales necesidades de vivienda en Nueva York.
Creado en la década de los 70 para estimular la producción de viviendas, el programa 421-a fue reformado en el 2006 para reflejar la creciente necesidad de viviendas asequibles, al exigir a los promotores inmobiliarios reservar un porcentaje de apartamentos para la vivienda asequible. Como resultado, más de 70,000 unidades de viviendas de alquiler asequible han sido creadas con el programa 421-a.
Considerando que el actual programa 421-a está por expirar el 15 de junio, se nos presenta una excelente oportunidad para mejorar el programa que ha sido durante mucho tiempo fundamental en la creación de viviendas asequibles. Como lo propusiera el Alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, necesitamos separar un mayor porcentaje de unidades destinadas para vivienda asequible, y asegurar que estos beneficios fiscales sean destinados a proyectos para alquiler en donde vive el 65% de las familias, y no para los condominios. Incluso el Alcalde impuso un “impuesto a la mansión” a las ventas de casas sobre $1,750,000, lo cual generaría más ingresos para financiar los programas de vivienda. Estas mejoras razonables y muy necesitadas llegan en un momento en que Nueva York se encuentra experimentando una crisis alarmante de vivienda.
A medida que la fecha límite para tomar acción sobre el programa 421-a se acerca, algunos han argumentado que un mandato a los salarios actuales debería estar vinculado a construcciones del programa 421-a. Dado el ya elevado costo del terreno y la construcción, este requisito podría hacer en extremo difícil la búsqueda de nuevos proyectos de apartamentos de alquiler, y podría reducir el número de unidades asequibles que pudieran crearse. Dado que el salario actual es un salario sindical, esto también aumentaría drásticamente el costo de la construcción y sería una carga para los promotores inmobiliarios de pequeños barrios, quienes contratan dentro de sus comunidades y a quienes el programa tiene como objetivo incentivar. Como tal, es fundamental que se acepte el programa 421-a debidamente mejorado sin incluir el mandato al salario actual.
La crisis de la vivienda asequible no es una preocupación vaga e intangible de nuestro futuro– al contrario, para la inmensa mayoría de los neoyorquinos, en este momento es su principal preocupación. Y con la ciudad de Nueva York prevista a que alcance los nueve millones de habitantes en el 2040, no podemos simplemente renovar el programa 421-a; tenemos que reformarlo para inmediatamente satisfacer las necesidades de nuestra ciudad.
RAFAEL CESTERO / La Opinión
Página Web – 2015/06/10
Fuente: http://www.laopinion.com