Biden llega hoy a una isla que ha perdido décadas de investigación sobre la fauna y la flora que es crítica para la biodiversidad global
La investigación científica ha sufrido un gran impacto por el incendio de la isla hawaiana de Maui, que destruyó equipos e instalaciones y comprometió investigaciones sobre la flora y fauna silvestre, así como sobre rocas lunares, que tardarán décadas en recuperarse. El incendio también liberó grandes cantidades de contaminantes a la atmósfera y destruyó bosques y hábitats, lo que podría tener un impacto negativo en la biodiversidad global.
El pasado 9 de agosto de 2023, un voraz incendio se desató en la isla de Maui, en el archipiélago de Hawái, y se extendió rápidamente a través de más de 8.000 hectáreas de terreno, amenazando a varias comunidades y reservas naturales.
El fuego causó la muerte de al menos un centenar de personas, la evacuación de miles de residentes y turistas, y la destrucción de cientos de viviendas y negocios.
Aunque todavía no hay datos oficiales, los incendios forestales de Maui habrían destruido también varios laboratorios y centros de investigación en la isla. Esto incluye laboratorios de la Universidad de Hawái, del Servicio Geológico de los Estados Unidos y del Servicio Nacional de Pesca y Vida Silvestre.
También han destruido equipos científicos de alto valor, como microscopios, espectrómetros y ordenadores y han obligado a los científicos a evacuar sus instalaciones. Todo ello ha tenido un impacto significativo en la investigación científica en Hawái, y es probable que los efectos de los incendios se sientan durante muchos años.
Además, el incendio supuso un duro golpe para la ciencia, ya que afectó al Haleakalā Field Station, un centro de investigación que albergaba a más de 20 científicos y personal de apoyo, así como equipos y muestras valiosas, según diversas fuentes.
Proyectos científicos afectados
Los científicos que trabajaban en estas instalaciones perdieron años de datos e investigaciones sobre temas como la ecología, la biología, la geología, la astronomía y la cultura Hawaiana, según estas fuentes.
Los incendios forestales de Maui también han destruido muestras científicas valiosas que incluyen especímenes de plantas y animales, así como muestras de suelo y agua. La pérdida de estas muestras es un golpe importante para la investigación científica en Hawái, ya que puede llevar años o incluso décadas recolectarlas de nuevo.
Uno de los proyectos científicos aparentemente afectados es el estudio de las plantas silversword, unas especies endémicas de Hawái que solo crecen en las laderas del volcán Haleakalā. Estas plantas tienen una forma peculiar, con hojas plateadas y largas inflorescencias rojas o amarillas, y pueden vivir hasta 50 años. Estas plantas están amenazadas por el cambio climático, las especies invasoras y los herbívoros. Los científicos llevaban décadas monitorizando su crecimiento, su reproducción y su adaptación al medio ambiente.
Otro de los proyectos científicos que podrían haber quedado afectados por el incendio es el seguimiento de las aves nativas, como el petrel Hawáiano y el ganso nené, que anidan en las zonas altas del parque nacional Haleakalā. Estas aves son endémicas de Hawái y están en peligro de extinción debido a la pérdida de hábitat, la depredación y las enfermedades. Los científicos habían instalado cámaras y sensores para observar su comportamiento, su dieta y su migración.
Por último, se piensa que ha visto afectada también la investigación de las rocas lunares, que fueron traídas a la estación por los astronautas del programa Apolo en los años 60 y 70. Estas rocas son únicas y ofrecen información sobre la formación y la evolución de la Luna. Los científicos las analizaban con técnicas avanzadas para estudiar su composición química, su estructura cristalina y su edad.
Solidaridad ante el incendio
El incendio también provocó una gran solidaridad entre la comunidad científica y la sociedad civil, que ofreció su apoyo moral, económico y logístico para ayudar a los damnificados.
En primer lugar, se ha creado una campaña de recaudación de fondos en internet para ayudar a los científicos a reconstruir el campo y a reemplazar los equipos y las muestras perdidas. La campaña ya habría superado el millón de dólares en donaciones de personas y organizaciones de todo el mundo, según algunas fuentes no confirmadas por T21.
En segundo lugar, otros centros de investigación y universidades de Hawái y del continente se han ofrecido para acoger a los científicos y al personal desplazado, así como para compartir sus recursos y sus instalaciones. También se han ofrecido a colaborar en la recuperación y el análisis de los datos que se pudieran podido salvar del incendio.
Por último, hay que destacar también que durante el incendio se organizó una cadena humana para proteger el parque nacional Haleakalā de las llamas y para evitar que el fuego se propagara a otras zonas de la isla. Más de mil voluntarios se unieron a los bomberos y a las autoridades locales para contener el incendio y para ayudar en las labores de extinción y limpieza.
Causas imprecisas
Las causas del incendio aún no se han determinado con certeza, pero se sospecha que pudo haber sido provocado por alguna acción humana, como una colilla de cigarrillo, una fogata mal apagada o una chispa eléctrica.
También se ha mencionado la posibilidad de que el fuego se originara por un rayo o por la actividad volcánica, ya que en Maui hay un volcán activo.
El incendio se caracterizó por su rapidez, su intensidad y su extensión. En pocos días, el fuego arrasó más de 8.000 hectáreas de terreno, incluyendo la histórica ciudad de Lahaina, que fue la capital del reino Hawaiano y un importante puerto ballenero. El incendio también afectó a otras zonas de la isla, como Kihei, Kula y la Gran Isla.
Ambiente propicio
La propagación del incendio se vio favorecida por las condiciones climáticas adversas que se dieron en la isla. Por un lado, Maui sufría una sequía moderada o grave en gran parte de su territorio, lo que resecó la vegetación y el suelo, facilitando su combustión.
Por otro lado, los fuertes vientos generados por el huracán Dora al sur y un sistema de alta presión al norte de Hawái crearon ráfagas de hasta 130 kilómetros por hora, que avivaron las llamas y las hicieron saltar de estructura en estructura. Estos vientos también transportaron brasas a kilómetros de distancia, provocando nuevos focos de fuego.
Gestión polémica
La gestión del incendio ha sido objeto de críticas y elogios por parte de los científicos. Por un lado, se ha cuestionado la falta de prevención y alerta temprana, ya que muchos residentes de Lahaina no escucharon las sirenas ni recibieron avisos para evacuar.
También se ha señalado la escasez de recursos y personal para combatir el fuego, así como la dificultad para acceder a algunas zonas afectadas. Por otro lado, se ha reconocido el esfuerzo y la valentía de los bomberos, los voluntarios y las autoridades locales para contener el incendio y proteger a la población.
Asimismo, se ha destacado la solidaridad y la cooperación entre los habitantes de la isla y el apoyo del gobierno federal y del presidente Joe Biden, que ahora visita la isla.
Desastre ecológico y científico
El incendio de Maui en Hawái ha sido uno de los peores desastres ecológicos y científicos que ha sufrido la isla de Maui en su historia.
El fuego ha causado daños irreparables en el medio ambiente, en el patrimonio cultural y en la investigación científica.
Sin embargo, también ha despertado una ola de solidaridad y esperanza entre la gente, que ha demostrado su compromiso con la recuperación y la conservación de esta tierra única.
Además del impacto inmediato de los incendios, también hay preocupaciones a largo plazo sobre el impacto de los incendios en el medio ambiente.
Los incendios han liberado grandes cantidades de contaminantes a la atmósfera, y se espera que esto tenga un impacto negativo en la calidad del aire y el agua. Los incendios también han destruido bosques y hábitats, lo que podría tener un impacto negativo en la vida silvestre.
Levante
Página Web - 2023/08/21
Fuente: https://www.levante-emv.com