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23.000 personas (y subiendo) para conseguir 163 pisos de alquiler público (ESPAÑA)

El próximo 31 de enero termina el plazo para presentar solicitud y entrar en el sorteo de las viviendas

 

Ángela, de 44 años, Juana de 31 y María de 36 son el número 01, 02 y 03 en la cola de este jueves frente a la sede de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS) en el número 13 de la calle Palos de la Frontera. No se conocen de nada, pero hablan animadas a pesar de las horas intempestivas y del frío: aún está amaneciendo. Les une la ilusión por conseguir uno de los 163 pisos de alquiler de la primera remesa de viviendas públicas que oferta el Ayuntamiento de Madrid en 2020. No será tarea fácil, las casas se adjudicarán por sorteo entre más de 23.000 personas que sueñan con pagar una renta máxima y fija de un 20 o 30% del total de sus ingresos —el precio mínimo es un alquiler de 65 euros al mes y el máximo rondará los 540—.

 

No es la primera vez que están aquí. Ángela es la veterana: esta es la cuarta ocasión que lo intenta. El año pasado tuvo que venir dos veces porque la primera ni llegó a entrar en el edificio. El vigilante de seguridad, que se une a la conversación, recuerda que el año pasado la línea de personas llegaba hasta el Teatro Price en un extremo y hasta la estación de Atocha en el otro, más de un kilómetro de cola. "Este año nada que ver, la cosa está tranquila", dice. La razón: el reglamento cambió el año pasado y todas las personas presentes en la bolsa de demandantes tuvo que personarse para hacer el papeleo y actualizar su situación.

 

Ángela, Juana y María también están en esa lista, que acumula a las personas aptas que no consiguieron viviendas en las anteriores convocatorias. Solo están aquí para renovar la documentación, un tramite que podrían hacer online. "Yo no me fío y prefiero venir en persona", explica Juana mientras las demás asienten. Están en el paro, algunas con hijos, una, incluso, con otra en camino. "Si nos tocara, tendríamos la vida resuelta", resumen mientras sacan del bolso las carpetas llenas de papeles. Ya llega su turno.

 

Desde el pasado 13 de enero hasta el próximo 31 a las 2 de la tarde es el plazo para presentar solicitud y participar en el sorteo de las 163 viviendas protegidas de alquiler distribuidas en 14 distritos de Madrid. Los pisos que se ofertan proceden de anteriores convocatorias, de los que se han recuperado tras ocupaciones irregulares, o los que se han quedado vacíos porque los inquilinos han fallecido o porque han dejado los pisos voluntariamente. El sorteo será en marzo —aún no hay fecha concreta— y la jefa del departamento de atención ciudadana, Rosana Buitrago, calcula que los beneficiarios podrán entrar a vivir en mayo.

 

Las 163 casas se distribuyen en pisos de uno, dos, tres y cuatro dormitorios. La mayoría están situados en los distritos de Villa de Vallecas, Villaverde, Centro y Usera, aunque también hay inmuebles en Arganzuela, Barajas, Carabanchel, Fuencarral-El Pardo, Hortaleza, Moratalaz, Puente de Vallecas, San Blas, Tetuán y Vicálvaro.

 

Según el nuevo reglamento el sorteo se hace sobre los cupos donde se clasifican los aspirantes, de acuerdo con sus circunstancias personales. Estos grupos son: menores de 35 años, mayores de 65, familias monoparentales, numerosas, personas con discapacidad, víctimas de violencia de género, personas en extrema exclusión residencial y grupo general. Cada persona puede estar clasificado en varios grupos al mismo tiempo, según sus circunstancias personales. La Administración adjudica tres solicitudes de vivienda por cada una: un seleccionado y dos reservas, por si el titular la rechaza o no cumple con los requisitos, que son:

 

- Tener unos ingresos inferiores o iguales a 3,5 veces el IPREM (referencia para la asignación de ayudas y subsidios en función de los ingresos)

 

- No ser titular de otra vivienda

 

- Residir y/o trabajar en Madrid

 

- No ser arrendatario de una vivienda de propiedad o de gestión pública

 

Mientras el solicitante cumpla con las condiciones, podrá seguir viviendo en el piso. La EMSV revisa la documentación del beneficiario anualmente. "La idea es que haya rotación, si se mejoran las condiciones o si se empeora la situación, se ajusta: pagan más o menos, o tienen que abandonarla para que entre otra persona", explica Buitrago.

 

 


JULIA F. CADENAS / El País

Página Web - 2020/01/24

Fuente: https://elpais.com/