Según el Idiger, Chapinero es la segunda localidad con más casos en toda la ciudad, con 166.
Seguir en sus hogares, corriendo el riesgo que esto implica, o abandonarlos, dejándolo todo y sin saber a dónde ir. Ese es el dilema de los habitantes en la mayoría de las 166 edificaciones de Chapinero que, según del Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (Idiger), presentan algún tipo de riesgo de colapso.
Uno de estos casos es el edificio José Luis, en la carrera 16 n.° 80-07, al que EL TIEMPO ZONA tuvo acceso.
Este predio, que presentaba una inclinación mínima desde que fue construido en 1989, empeoró desde que se iniciaron las obras para darle vida a su nuevo vecino en el costado sur, un edificio de 10 pisos y tres sótanos, a cargo de Advance Constructora S. A. S.
Aunque el Idiger sugirió evacuar la unidad residencial José Luis (diciembre 2017), esta sigue habitada –la mayoría son residentes de la tercera edad– y día a día el hundimiento de la estructura se hace más evidente.
“Nos han dicho que tenemos que irnos, pero no nos ofrecen soluciones para hacerlo. La constructora del edificio del lado, que está provocando el hundimiento, nos dijo que nos daba un subsidio de 500.000 pesos, pero eso no nos alcanza para nada”, afirman propietarios del lugar.
“La altura del parqueadero que debería ser de 2,20 metros pasó a ser de menos de 1,80 metros”, explicó otra de las vecinas. Por eso, la sensación de mareo al caminar por cualquiera de los pisos de la edificación es inevitable. Las obras de esta nueva torre, además, produjeron que otras dos viviendas se desplomaran.
Advance Constructora S. A. S. se ha comprometido, en repetidas ocasiones, a mejorar las condiciones del edificio José Luis.
Así quedó en evidencia en el acta de la reunión que tuvieron residentes del edificio con la constructora, la Personería Distrital y la alcaldía local de Chapinero. “Lo malo es que han venido a hacer remiendos. Bajaron el piso del parqueadero para que la altura nos diera los 2,20 metros que debía tener, pero ese es un arreglo superficial”, cuentan los vecinos.
Nury Forero, experta en regulaciones para la construcción, explicó que, según la ley de vivienda 1537 del 2012, cuando se está emitiendo una licencia de construcción, los curadores tienen la obligación de socializar con los vecinos el proyecto de vivienda que se va a efectuar en la zona.
“El encargado de las construcciones debe celebrar un acta de vecindad, hacer una inspección previa del bien inmueble aledaño al proyecto y verificar el estado de la vivienda vecina. Cualquier daño que suceda, terminada la construcción, la debe asumir al constructor del edificio”, expone Forero.
En este caso, cuando comenzaron las denuncias, la alcaldía local de Chapinero aseguró que la obra de 10 pisos y tres sótanos de la Advance Constructora S. A. S. estaba cumpliendo con los permisos de la Curaduría n.° 3. Por eso, la construcción siguió en marcha, a pesar de que cuanto más excavaban para hacer los sótanos y más pisos alzaban, más se inclinaba el edificio José Luis.
Mientras tanto, los daños tienen en vilo a los residentes. La edificación, que hasta ahora no había presentado grietas en su estructura, ya empezó a abrirse en puntos como las escaleras de acceso. Esto es evidente al ingresar al edificio.
Los adultos y ancianos que han vivido por años en el José Luis coinciden en que después de que aparecieron las grietas, ya no logran dormir tranquilos, pues saben que en algún momento algo grave podría suceder. Aseguran que han perdido calidad de vida. Lo paradójico es que mientras el José Luis se hunde, su vecino crece sin parar porque pese a las alertas de riesgo y el evidente daño de la estructura, las labores en la torre de 10 pisos continúan con normalidad.
Otros casos en la localidad
EL TIEMPO ZONA visitó otras dos edificaciones con este inconveniente. En la calle 100 con 9.ª, una estructura permanece abandonada hace cuatro años por orden del Idiger, y en la 73 con 13, una obra se frenó por la inclinación de la estructura.
De acuerdo con Nancy Torres, experta en materiales y estructuras de la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito, las inclinaciones que experimentan estos predios requieren de un estudio riguroso en cada caso para identificar sus causas.
“Algunas razones son los niveles freáticos (de agua) del suelo, los suelos expansivos y, claro, el impacto de construcciones vecinas”, afirma la ingeniera.
Según el Idiger, Chapinero ocupa el segundo lugar en la lista de localidades con más inmuebles en riesgo, solo superada por Usaquén, con 261.
La misma entidad informó que entre 2015 y 2017, las actas de evacuación de inmuebles en Bogotá crecieron 41 por ciento, pues pasaron de 249 a 352.
EL TIEMPO ZONA / El Tiempo
Página Web -2018/09/23
Fuente: https://www.eltiempo.com/