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Colombia, premiada en ‘Bienal de arquitectura del paisaje’ (COLOMBIA)

El galardón latinoamericano se entregó a la recuperación del frente de agua de Mompox.

 

Con la revitalización de la albarrada (muro) sobre el Río Magdalena, en el municipio de Mompox (Bolívar), la compañía colombiana Opus Estudio logró un reconocimiento internacional. Se trata del premio de la Bienal Latinoamericana de Arquitectura de Paisaje 2018, cuya premiación se realizó esta semana en Ciudad de México. Allí, la recuperación del frente de agua, que tiene una extensión de 2,7 kilómetros y un área aproximada de 180.000 metros cuadrados, fue exaltada por el jurado.

Uno de los arquitectos de Opus Estudio, Carlos Alberto Cano, le contó a EL TIEMPO lo que significa este logro: “Es un reconocimiento para la comunidad de Mompox, que enriqueció y se apropió del proyecto, tanto en sus fases de diseño y construcción, y ahora en su uso”.

Sobre la propuesta –que se llevó el galardón Obra Construida, en la categoría parques y áreas recreativas- Cano agregó que incluye trabajos en las plazas de Santa Bárbara, San Francisco y La Concepción. “Todo el proyecto parte del Plan Especial de Manejo y Protección (PEMP), mediante el cual se establecen las acciones necesarias para garantizar la protección, conservación y sostenibilidad de su centro histórico”, anota.

Con este proyecto paisajístico, urbano y arquitectónico, Opus Estudio había recibido otro reconocimiento en el 2016: el premio Karl Brunner en la categoría de Paisaje y Urbanismo de la Bienal Colombiana de Arquitectura.

EL TIEMPO consultó a Flavio Romero, presidente de la Sociedad Colombiana de Arquitectos (SCA), quien destacó que el premio en México “demuestra que en el país se están haciendo buenas cosas, cada vez más con mayor trascendencia internacional”. Según el directivo, “la obra aporta un espacio público de calidad, creando áreas y puntos de encuentro de libre acceso para que la gente interactúe. También es una demostración de que a través de la renovación estas ciudades intermedias –que, además, son patrimonio– pueden reactivar su potencial turístico y económico”.

Respeto al patrimonio

Acerca de esto, Cano recordó que Mompox integra la lista de patrimonio histórico de la humanidad de Unesco. “Su historia está ligada al río Magdalena, pero cambios en las dinámicas comerciales y de la navegación fluvial hicieron que perdiera jerarquía como puerto. En los años recientes, también su rivera entró en un creciente proceso de deterioro como espacio activo en la vida urbana”, señaló.

En este contexto –agregó el arquitecto– “el mayor reto fue conservar la imagen de la ciudad histórica, introduciendo elementos que lograran inducir nuevos usos y fortalecer las dinámicas existentes del espacio público en tres de sus plazas y su emblemático paseo de la albarrada”.

A propósito de las plazas, se destacan la de Santa Bárbara o plaza abierta al río; de San Francisco, identificada –también– como atrio del templo, y la Plaza de La Concepción. A estas se suma el Paseo de La Albarrada, o balcón sobre el río, donde se destaca el mobiliario, la identidad y la participación local, por ejemplo, a través de un proceso de participación con la comunidad que –explica Cano– enriqueció el proyecto.

Desde la concepción del proyecto se estableció el criterio de incorporar técnicas artesanales locales como la forja y la filigrana momposina. Pero uno de los logros del proceso de participación fue definir la forma para incorporar artesanos egresados de la escuela taller de Mompox, en la elaboración de los componentes del proyecto, entre otras novedades identificadas en la memoria descriptiva del proyecto.

En representación del equipo de Opus Estudio, el arquitecto Carlos Cano aprovechó la ocasión para ofrecer varios consejos para quienes desean trascender en el país y en el exterior.

-El arquitecto debe reconocer los valores de su cultura, fortalecerlos y plantearlos como elementos de referencia y de construcción de identidad.

-Importante aproximarse desde una mirada interdisciplinaria las complejidades del territorio.

-Hay que entender las posibilidades que dan los concursos, y trabajar colaborativamente para acceder de manera democrática a proyectos con gran posibilidad de transformación.

-Clave reconocer la profesión del paisaje, la arquitectura y el urbanismo como un elemento más en la transformación de la sociedad. Esto, en un engranaje complejo, no individual, conectado con lo público, lo privado y con otras disciplinas.

-Hay que estar atentos a ferias, congresos y seminarios, y estar en actividad constante en la academia.

-Se deben usar los nuevos sistemas de información sin desconocer las herramientas tradicionales del oficio.

Finalmente, y a propósito del premio Karl Brunner recibido en el 2016 por Opus Estudio en la categoría de Paisaje y Urbanismo de la Bienal Colombiana de Arquitectura, vale recordar que el pasado 25 de septiembre falleció Konrad Brunner, hijo de Karl, quien -como su padre- deja un legado en el país, que, de hecho, ha guiado a las nuevas generaciones de arquitectos.

 

 


Gabriel E. Flórez G. / El Tiempo

Página Web -2018/09/29

Fuente: https://www.eltiempo.com/