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‘En Medellín hay una deuda pendiente en control urbano’: expertos (COLOMBIA)

En seminario se analizan .falencias de los ordenamientos territoriales y los retos  para el futuro

La población de Medellín pasó de 91.000 personas, hace cien años, a más de dos millones y medio al día de hoy. El dato lo citó Guillermo Durán, el personero de la ciudad, durante la apertura del seminario ‘El control urbanístico y la nueva agenda urbana’, que se realiza desde ayer 28 de noviembre en el cubo de EPM.

Para el funcionario, el crecimiento exponencial de la población no es un asunto menor: la explosión demográfica desencadenó en una ciudad que creció en desorden y ocupó sus laderas de forma desorganizada.

Según Durán, el control urbanístico es tarea pendiente en la capital antioqueña. Además, añadió que por esta causa la ciudad ha vivido un caos: “Lo que ha pasado es que, tristemente, las bandas se tomaron el control en muchos barrios. Son ellos quienes deciden quién puede construir y cómo lo puede hacer”.

Sin embargo, el funcionario es optimista frente al trabajo que se viene realizando para regular el crecimiento urbano.

Para él, el trabajo que se hace desde su despacho y desde las curadurías, las inspecciones urbanísticas y la participación de las comunidades es importante para regular el desbordado crecimiento de la ciudad.

Ahora bien, la falta de regulación en las construcciones y la presencia de grupos armados no son los únicos problemas causados por este desorden.

En el evento estuvo como ponente Alfredo Manrique, especialista senior de ONU-Hábitat, una dependencia de las Naciones Unidas que nació con el fin de generar acciones “rápidas para regular el descontrolado crecimiento de las ciudades”.

 

Manrique cree que este problema en Colombia no es solo producto de las migraciones internas del siglo XX, como muchos han pensado. Para él, el asunto es mucho más complejo y tiene sus raíces en la Colonia. Según dice, la sociedad hispánica segregó siempre a sus integrantes.

Entonces, los españoles y los colonos vivían en un lado del pueblo mientras que los esclavos e indígenas tenían su propio espacio. “Nuestras ciudades surgieron a partir de las leyes de Indias, que regularon dónde podía construirse. Por ejemplo, en sitios que no se inundaran o que fueran ideales para los cultivos. Pero fueron siempre ciudades segregadas”, dijo el especialista de la ONU.

Aun así, los problemas urbanísticos de ciudades como Medellín no deben buscarse solo en tiempos remotos.

Los expertos que asistieron al primer día del seminario hicieron hincapié en un punto común: las migraciones del campo a la ciudad que se dieron en gran parte del siglo XX, sobre todo después de la muerte de Jorge Eliécer Gaitán (1948) y el periodo de La Violencia.

Según datos suministrados en el evento, en el que también participaron la Personería de Medellín, el Ministerio de Vivienda, la Procuraduría General y la Universidad Nacional, en medio siglo, Colombia pasó de tener 55 ciudades con más de 50.000 habitantes a 126. Es decir, en ellas vive el 79 por ciento de la población.

Todos esos factores históricos conllevaron al desorden de las ciudades actuales, en donde la gente construyó de la manera que quiso.

Manrique expresó que el gran desafío de Medellín y de las ciudades actuales está en la planeación, que, según su forma de ver las cosas, ha fallado durante décadas.
También dijo que los Planes de Ordenamiento Territorial (POT) de los municipios están bien diseñados pero no se cumplen por varias cuestiones, entre ellas fallas administrativas y desgano de las comunidades.

Para suplir estas carencias, Manrique propuso la creación de una política nacional de reasentamientos de zonas de alto riesgo. “A los municipios les queda muy difícil reubicar un barrio y zonas que estén en alto riesgo. Es toda una operación urbanística que requeriría del Estado nacional”, manifestó.

Otra de las conclusiones de la jornada fue que, más allá del ordenamiento jurídico, el urbanismo tiene como fin último mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Y eso se logra, según explicaron los ponentes, evitando que se hagan construcciones sin licencia o en terrenos no adecuados. Se destacó el caso de Cartagena, donde varios proyectos de urbanización fueron detenidos por las autoridades, pues presentaban un potencial peligro para sus ocupantes.

En el caso de Medellín citaron los casos de los edificios Space y Bernavento. Los perjudicados por estos proyectos son calificados como ‘víctimas por falta de control urbanístico’

Olga Lucía Alfonso Velásquez, delegada de la Procuraduría General de la Nación, argumentó que otro de los líos en el control urbano radica en la corrupción. “Se puede elevar astronómicamente el precio de un predio haciendo un cambio del uso del suelo. Muchos funcionarios se aprovechan de eso para cometer actos de corrupción”, denunció.

Para la delegada, la normativa sobre el control urbano es muy amplia, pues está presente tanto en la Constitución como en la Ley 388 de 1997. Esto, según su punto de vista, permite que los funcionario y ciudadanos se aprovechen para hacer usos regulares de los suelos.

Los ponentes, además, hicieron un llamado para que las comunidades presten mayor atención a estos temas de desarrollo urbano y se animen a denunciar posibles irregularidades.
Para el personero Durán, esta participación de la gente es una de las claves para que el crecimiento urbano beneficie más a los ciudadanos y menos a los aprovechados.

 

 


El Tiempo

Página Web - 2018/11/29

Fuente: https://www.eltiempo.com/