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Caracolí: el barrio que le apuesta a la reubicación (COLOMBIA)

640 familias pasarán de vivir DE  zona de invasión a hogares formales y con servicios básicos.

Deisy González es madre cabeza de familia. Llego de Chaparral, Tolima, a Bogotá hace siete años en busca de un mejor futuro para sus hijos, en especial para María, su niña de 20 años que es invidente. Sin embargo, tuvo que enfrentarse a una situación que no le dejó otra opción: construir su casa en Caracolí, una zona de alto riesgo, al sur de la ciudad.

“El papá de mis hijos se fue, y a mí no me alcanza para pagar un arriendo. Vivía en una casa por aquí cerca pero llegó el día en que no pude pagar más. Comencé a buscar una casita, para que me la arrendaran bien económica, y no encontré nada. Entonces, empecé a caminar por el barrio y me di cuenta que había un lote en donde habían tumbado unas casas hacía poco. Era feo, había mucha basura, perros muertos, el olor era terrible pero no podía hacer nada más porque no tenía dinero. Decidí empezar a construir aquí”, cuenta.

Deisy se dedica al reciclaje. Tiene ocho hijos: cuatro que ya “están grandes, se casaron y se fueron de la casa” y otros cuatro que viven con ella. Ya es abuela y su nieta, de apenas cuatro meses, también vive allí. Además, cinco perros y dos gatos también hacen parte de la familia.

Para poder llegar a su casa hay que caminar 20 minutos desde el centro del barrio. El trayecto de 45 grados de inclinación o un poco más, hace que hasta los residentes, que suben a diario, se fatiguen.

González vive en un palacio, que aunque es de latas y cemento, tiene una particularidad: el panorama de la ciudad es inigualable. Tres alcobas con vista VIP de los cerros orientales y el centro de Bogotá, una cocina pequeña con un bombillo de luz amarilla colgando en la mitad y un patio de ropas con una vista de ensueño, son su hogar.

Al igual que Deisy,  cientos de familias más, viven en este sector. Caracolí es un barrio al que no es fácil llegar y en el que es muy sencillo perderse. Está ubicado en Ciudad Bolívar, al sur de Bogotá. Tiene casas de colores, calles empinadas y una gran problemática: Más de 600 familias se encuentran en riesgo debido a que construyeron sus casas en un terreno del Distrito y que fue tomado sin ningún aviso (invasión).

Por la inclinación del terreno, un deslizamiento, puede desaparecer estas construcciones. Además, no cuentan con estudios sísmicos ni servicios básicos; La situación es complicada: si las familias no se van lo pueden perder todo, pero, estas casas son lo único que tienen.

Aunque el panorama parece desalentador, el pasado 8 de octubre Deisy González y otras 640 familias sintieron que había la posibilidad de cambiar esta situación. La secretaria Distrital de Hábitat, a través de la Caja de Vivienda Popular anunció que en el barrio, las familias serían reubicadas para garantizar que no se presente una tragedia.

Miller Castillo, director de reasentamientos humanos de la Caja de Vivienda Popular, aseguró que Bogotá es la primera capital de América Latina en hacer una reubicación como prevención, y no, luego de que se presenta la emergencia. Añadió, que “La idea es poder llegar a todos estos hogares, hacerle la oferta institucional que tiene la administración distrital en el sentido de que se hagan participes y acepten la oferta que tenemos de relocalización transitoria y relocalización definitiva”.

La oferta de la que Castillo habla, consiste en un servicio de reubicación en la cual, las personas del barrio dejan sus hogares y miran la opción de adquirir una nueva vivienda a través de los proyectos de urbanización que tiene la entidad. Se deciden por alguno y aceptan entrar a hacer parte de estas viviendas de interés social.

Las razones para hacer la reubicación de estas familias, según Castillo, son: “primero, por qué las condiciones sanitarias que tiene ese sector son bastante álgidas. No tiene servicios públicos oficiales y porque la pendiente del terreno donde se encuentra ubicado es superior al 45 por ciento y la zona está determinada como zona de alto riesgo”.

Mientras que estas familias son reubicadas, en sus hogares finales, la entidad les paga el arriendo por aproximadamente un año, y al final, sólo deben pagar 80.000 pesos para hacer los trámites de escrituración de la nueva vivienda.

El proceso para postularse, y que ya lleva un mes en curso, ha recibido hasta el momento 467 postulaciones de las familias residentes en la zona.

Deisy insiste en que, aunque algunos de sus vecinos se niegan a abandonar el sector y dejar sus casas por miedo a que les incumplan, ella no tiene a quién más acudir. “Yo decidí postularme a este proyecto porque quiero lo mejor para mis hijos. Quiero que me den una nueva vivienda y no seguir viviendo como lo estamos haciendo ahora, aunque es de latica y mi casa es muy cómoda debo hacer lo mejor por ellos”.

Según la Caja de Vivienda Popular, se espera que para finales de este mes se dé inicio a la reubicación temporal de las 640 familias. La entrega de los nuevos hogares sería en noviembre de 2019.

 

 


Bogotá / El Tiempo

Página Web -2018/11/06

Fuente: https://www.eltiempo.com/