Después de la etapa de diagnóstico del Plan de Ordenamiento Territorial (POT), el Distrito dice que hay déficit en transporte, vivienda y espacio público. Las causas: no hubo seguimiento al documento ni presupuesto para implementarlo.
Hace casi 15 años la ciudad trazó una serie de metas para planear su crecimiento. Todas quedaron en un documento conocido como el Plan de Ordenamiento Territorial (POT). Sí, papeles que parecen aburridos y tediosos, pero que son cruciales para entender cuál es el norte de la ciudad en temas de urbanismo y planeación.
El POT, por ley, debe revisarse cada 12 años. Desde hace tres Bogotá está en mora de hacerlo. Aunque la administración Petro intentó actualizarlo con una modificación especial, el Consejo de Estado la suspendió por un error de procedimiento. Ahora, la administración de Enrique Peñalosa trabaja para cumplir con este requisito. De hecho, ayer fue un día importante, pues por fin finalizó la primera etapa del proceso: el diagnóstico.
Andrés Ortiz, secretario de Planeación, aseguró que un grupo de expertos del Distrito, con apoyo del Departamento de Planeación Nacional (DNP), cumplió con la revisión del POT vigente y actualizó algunas cifras que dan un panorama de cómo está la capital: “Fue un estudio que duró casi seis meses, en el que revisamos qué metas se propusieron y cuáles se cumplieron”.
Después de esta etapa, el Distrito llegó a la conclusión de que Bogotá, si bien superó índices como la extrema pobreza o la cobertura de servicios públicos, se rajó en desafíos como vivienda, transporte, espacio público y equipamientos, los que deben mejorar con urgencia para el nuevo plan.
Ortiz manifestó que este primer paso dejó grandes lecciones. La primera es que el nuevo plan debe tener un sistema que permita hacerle seguimiento anual. Una de las principales causas del incumplimiento, advirtió el funcionario, es que el POT no se vincula a los planes de desarrollo que propone cada alcalde. Entonces llega un nuevo mandatario, con nuevas ideas y se aleja de esta hoja de ruta.
La segunda es que no se puede plantear un POT sin tener los recursos: “Siempre debe estar acompañado de un presupuesto guía que muestre que las metas se pueden cumplir dentro de las posibilidades financieras de la ciudad durante los 12 años siguientes”. Por eso, considera clave que ahora se planteen desafíos más aterrizados y ceñidos a la etapa de diagnóstico.
Diagnóstico
Según el estudio, la ciudad no creció al mismo ritmo que su población. Ortiz lo explicó de esta manera: “La región suma 9,4 millones de habitantes, que están localizados en 2,6 millones de viviendas. Sin embargo, hay un déficit de 110.926 casas”.
Esa cifra aumentará, según Ortiz, si se tiene en cuenta que a 2050 cambiará el tamaño de hogares: “Para entonces la región crecerá 3,6 millones de habitantes, lo que significa que seremos casi 13 millones de personas. Aquí hay que tener en cuenta un dato clave, que hemos repetido y que está verificado por el DANE y DNP: el tamaño de los hogares. Hoy el promedio es de 3,2 personas por hogar. A 2050 será 2,3. Esto significa que necesitaremos 2,9 millones de viviendas más en la región”.
Con estos datos, para el secretario, la pregunta fundamental es: ¿hacia dónde y cómo debe crecer la capital? Aunque dijo que se trata de un plan que se crea en conjunto, el Distrito ya tiene una propuesta: “Esperamos que haya una expansión densa y cercana, que nos sirva para integrarnos con la región, a través de movilidad, equipamientos y estructura ecológica”.
Otro de los temas que amerita revisión es el transporte. En Bogotá se realizan 15 millones de viajes diarios. La mayoría de personas se desplazan a pie (32 %) y en buses (23 %). Las cifras bajan en Transmilenio (13 %), en auto particular (10 %), en bici (4,9 %), en taxi (4 %) y en moto (4,8%). Ortiz indicó que la ciudad debe priorizar el aprovechamiento del espacio público a la luz de estos resultados: “El POT debe darles protagonismo a los que caminan, usan el transporte público y la bicicleta”.
En este punto manifestó su preocupación, porque, aunque hace 10 años la administración se propuso construir 20 troncales de Transmilenio, hoy sólo hay nueve. En el estudio se destacó que Bogotá debería tener 6.240 kilómetros de malla vial arterial, pero sólo cuenta con 3.600 kilómetros. “En contraste, el parque automotor ha crecido 70 % en los últimos 16 años, con las mismas vías de hace 20 años”.
En el espacio público también hay problemas. Apesar de que en el POT se estipuló que se alcanzarían los 6 metros cuadrados por habitante, la cifra llegó a 4,4. “Si quisiéramos llegar al estándar internacional, que es de alrededor 10 m2, tendríamos que construir 14 parques como el Simón Bolívar. Eso suena utópico en el área urbana, así que el POT deberá compensar con áreas de expansión y renovación urbana”.
Otro de los aspectos que hay que reformular, de acuerdo con el diagnóstico, es el uso del suelo. Si bien la capital es de usos mixtos, jamás se ha podido implementar esta idea y, como consecuencia, muchos de ellos han brotado de manera informal o ilegal. El estudio indicó que, por ejemplo, ahora hay industria pequeña que está en una zona donde no es permitido o también hay sectores de residencia que no se mezclan con otros tipos, como locales comerciales. “El régimen de usos del suelo es poco flexible, sin equivalencias con la norma anterior y sin respuesta adecuada a la mitigación de impactos”, señaló la investigación.
Ni el capítulo de la financiación logró lo propuesto. Para la Secretaría de Planeación, el aporte de los instrumentos de financiación estuvo muy por debajo de lo esperado y por eso hay que reformular la manera de recaudar el dinero para ejecutar proyectos. Resalta que la valorización fue el instrumento que mayor aporte hizo. En cambio, el recaudo por participación en plusvalía no fue el esperado.
Finalmente, los expertos sugirieron aumentar los equipamientos. Hoy Bogotá cuenta con 7.800 equipamientos, de los cuales el 67 % son privados y el 33 %, públicos. “Desde el sector público hay que hacer un esfuerzo por complementar la infraestructura. Para eso es necesario simplificar los instrumentos de planeamiento para su construcción”.
Pero no todo fueron metas incumplidas. Hubo tres indicadores sociales que sobresalieron en el diagnóstico. El primero, la disminución de la pobreza extrema, que pasó de 7,1 %, en 2002, a 2,3 %, en 2016. Si bien en los últimos años ha aumentado levemente, el Distrito asegura que ha sido consecuencia de los problemas económicos del país.
El segundo índice es la cobertura del sistema de acueducto, que hoy está en 99,7 %. El porcentaje restante se debe a los barrios que aún no han sido legalizados.
Y el último, justamente, tiene que ver con este tema. En la última década se han legalizado 1.558 asentamientos. Gracias a eso, centenares de familias hoy cuentan con acceso a los servicios que presta la ciudad, como el abastecimiento de servicios públicos.
Justo ayer que salió a la luz pública el diagnóstico, comenzaron la etapa de participación ciudadana y la formulación del nuevo POT. Ahora los funcionarios deben ir hasta las 20 localidades a socializar lo hecho hasta ahora y a recibir más información de los ciudadanos, quienes podrán expresar cuáles creen que deberán ser las prioridades del nuevo documento.
Una vez finalice el proceso de la formulación, se pasará a las aprobaciones. El primer borrador lo evaluará la Corporación Autónoma Regional (CAR), que analizará si cumple las normas ambientales y, después, el Consejo Territorial de Planeación. Finalmente, el documento llegará al Concejo de Bogotá, que lo discutirá y decidirá si lo aprueba o no.
Si se cumplen los plazos, como que la CAR se tome los 30 días hábiles que ordena la ley, es probable que el POT llegue al Concejo a finales del segundo semestre del año. Sin embargo, como tradicionalmente esta discusión tarda más de lo esperado, el trámite podría extenderse hasta el primer semestre de 2018.
Laura Dulce Romero / El Espectador
Página Web - 2017/05/31
Fuente: http://www.elespectador.com/