Solo se construirán 40.000 viviendas gratis tras el anuncio del recorte que se hará en el 2016.
La caída en 11,3 por ciento en los recursos de inversión asignados dentro del presupuesto para el 2016, frente al incremento del 7 por ciento en el gasto de funcionamiento, tiene a distintos sectores de la economía y a las regiones haciendo cuentas.
El Gobierno, a través del Ministerio de Hacienda, recibió la semana que pasó el visto bueno del Conpes (Consejo Nacional de Política Económica y Social), para que el presupuesto del 2016, cuyo proyecto deberá ser radicado en el Congreso después del 20 de julio, sea de 167,2 billones de pesos sin incluir el pago de la deuda del país.
Un punto menos del PIB
La suma de los dos rubros crece 2,3 por ciento con respecto al monto que se está ejecutando en la actualidad (163,5 billones de pesos).
Pero mientras el gasto en funcionamiento pasa de 117,7 billones de pesos en la actualidad a 126,6 billones de pesos en el próximo año, el de inversión, que es el que genera una mayor dinamismo en la economía, decrece, desde 45,8 billones este año, a 40,6 billones en el 2016.
Como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB), la proporción que se destinará a estos dos componentes del presupuesto de la Nación tiene una caída de casi un punto: pasa de 20,3 por ciento en el 2015 a un 19,4 por ciento en el próximo año.
El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, sustentó que “se trata de una política de austeridad”, pese a que se aspira a obtener más ingresos, pues el recaudo de impuestos previsto para el 2016 es de 125,9 billones de pesos, desde 116,6 billones de pesos que es la meta de este año.
El problema es que, de los 9,3 billones que se incrementará el ingreso tributario de un año a otro, 4 billones provendrán de la lucha contra la evasión, algo en lo que todavía están por verse los resultados.
Más aún, si la expectativa de obtener mayores recursos por cuenta del incremento efectivo de la bolsa tributaria, que suele ser impulsada por el crecimiento de la economía, esta vez luce más difícil, todas las proyecciones, incluida la del Gobierno, apuestan por un 2016 tan poco dinámico como este año (3,6 a 3,8 por ciento de crecimiento del producto interno bruto).
En parte, sucede por la situación sostenida alrededor del petróleo, cuyo precio no da señales de elevarse en el corto plazo.
Austeridad total
De esa manera, según Cárdenas, el presupuesto previsto para el 2016 es la entrada de Colombia en un periodo de “austeridad inteligente”.
Ni las regiones, ni algunos congresistas, ni los timoneles de varios sectores lo han entendido de esa manera.
El anuncio del Gobierno de que se destinarán menos recursos a la inversión y que, con excepción de los sectores de Defensa y Justicia, nadie más podrá disponer de más plata (en relación con el presente año) para gastos de personal y generales, prendió las alarmas.
El ministro de vivienda, Luis Felipe Henao, señaló que con el recorte a la inversión se verá afectada la política de convertir los programas de impulso a la vivienda en generadores de impacto rápido en la economía.
“Se había decidido –dice Henao– privilegiar los proyectos de ‘Mi casa ya’ para vivienda de hasta 86 millones de pesos y los de subsidio a la tasa para vivienda hasta 215 millones de pesos. Los dos programas generan ventas por 20 billones de pesos y en insumos para el sector industrial por 5 billones. Pero el recorte sacrifica gratuidad. Vamos a hacer menos, aproximadamente 40.0000”.
Los salvados
De acuerdo con lo expresado por el ministro Cárdenas, además de la salvada del recorte que tendrán los sectores de Defensa y de Justicia, también se protegerá el rubro de las pensiones, de las sentencias y de las transferencias hacia las regiones a través del Sistema General de Participaciones, que crecen 7,7 por ciento.
No obstante, a ese privilegio para los territorios, el inconformismo en las regiones está a la par con el de sectores como agricultura, al cual, hasta las cuentas de hoy (aún no depuradas, pues en el Congreso vuelve a intentar subir su asignación presupuestal) le bajarían la asignación para el 2016 en 34,3 por ciento, al pasar de 3,5 billones a 2,3 billones, de acuerdo con lo que salió a relucir tras la aprobación de la propuesta presupuestal por parte del Conpes.
El ministerio del ramo fue uno de los que se manifestó por la caída en los recursos para este sector, y advirtió que hay riesgo de incumplimiento en compromisos adquiridos.
El pronunciamiento señala que el agro sería el segundo más afectado con la reducción en el presupuesto de inversión que se aprobó para el año 2016.
“Entendemos por supuesto que hay una situación fiscal distinta a la de hace un año, pero debe haber coherencia entre lo que plantea el Plan de Desarrollo y su capítulo para la trasformación del campo”, dijo el ministro (e) Juan Pablo Díaz Granados, durante el Conpes.
En representación de las distintas regiones del país, el exministro Amylkar Acosta, director de la Federación de Departamentos, expresó que “los entes territoriales se verán tocados por las medidas de austeridad implícitas en el Presupuesto 2016”.
Sustentó que “la caída en los precios de las materias primas (como carbón, petróleo, ferroníquel y oro) permanecerá por largo rato. No obstante, el impacto se amortigua con la revaluación del dólar, que va seguir”.
Aunque Acosta se mostró optimista ante la decisión del Gobierno de incrementar las transferencias, desde 30,6 billones a 33 billones de pesos, señaló que no será eso lo que compense la caída de la inversión del Gobierno Central, sino los recursos del Sistema General de Regalías que, “aunque también se están viendo afectados, son la principal fuente de financiación de los proyectos regionales y no el Presupuesto General de la Nación”.
‘Equidad y crecimiento no se deben afectar’
El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, explicó que los recortes de inversión afectan a todos los sectores, con muy pocas excepciones, como el de Justicia, en el que habrá un incremento.
El funcionario ha insistido en que lo que se busca es recortar aquellas áreas que tengan un menor impacto sobre la equidad y el crecimiento del país.
“La idea es acertar en el tipo de recortes para que el país pueda seguir creciendo, y lo hacemos porque tenemos la firme convicción de que la disciplina fiscal es la semilla de la confianza, y es lo que genera esa confianza en la economía colombiana, y dicha confianza vale oro en términos de inversión y empleo”, sostiene Cárdenas.
Entre tanto el vicepresidente de la República, Germán Vargas Lleras, reconoció que por los recortes que habrá en el rubro de inversión las obras de infraestructura proyectadas a futuro pueden verse afectadas por esa decisión.
Entre tanto, el Ministerio de Hacienda hace las cuentas finales para que el proyecto de ley del Presupuesto 2016 sea llevado al Congreso. Todavía está por conocerse una pieza clave de ese proyecto: los recursos que se destinarán para pagar la deuda del país durante el año entrante.
Pero Cárdenas cree que es mejor ‘apretarse el cinturón’ a sabiendas de que no es una decisión fácil de tomar ni una tarea grata.
“Sabemos que los diferentes sectores tienen grandes aspiraciones, pero deben buscar hacer los recortes de manera que tengan el menor impacto posible sobre la equidad y el crecimiento. Estamos convencidos de que la disciplina fiscal es la mejor ruta que podemos trazar, dándole prioridad a los temas sociales”, dijo.
MARTHA MORALES MANCHEGO / El Tiempo
Página Web – 2015/07/18
Fuente: http://www.eltiempo.com