Siete municipios, inundados tras la rotura del brazo del Magdalena, aún esperan soluciones.
Entre alegrías y tristezas transcurre la vida de Luis Carlos López, uno de los 90.000 damnificados de la devastación provocada el 30 de noviembre del 2010 por la ruptura del canal del Dique –brazo artificial del río Magdalena que desemboca en la bahía de Cartagena–.
Este domingo, cuando se cumplen cuatro años de la inundación que arrasó 32.000 hectáreras de tierras fértiles y que se llevó años de trabajo de los habitantes de siete municipios del sur del Atlántico, Luis Carlos, agricultor de 59 años, reconoce que se han hecho obras como colegios, puestos de salud y acueductos en algunos pueblos que no los tenían.
“Hay servicio de agua en las casas, y los pelaos tienen mejores colegios”, dice. Pero confiesa que debe contener el llanto cuando llega a su hogar y encuentra el fogón apagado: “La tierra no produce como antes. Hay mucha hambre, lo que no pasaba antes”.
El labriego afirma que especies que se perdieron por la inundación, como chivos, gallinas, cerdos y pavos, claves en la actividad económica, nunca se recuperaron.
Por si fuera poco, el verano, que golpeó a la región, terminó con los pocos cultivos que intentaban brotar. La situación se compuso un poco con la llegada de las lluvias, pero muchos no alcanzaron a sembrar.
Los campesinos manifiestan que la yuca, la guayaba o el limón, que antes crecían hasta en los patios de las casas, los deben traer ahora de Bolívar y Barranquilla, pagando el triple por una carga de menor calidad.
La situación alarmante es confirmada por el inspector de Suan, Gustavo de la Rosa, quien denuncia que los pueblos del sur del Atlántico siguen en la ruina. Algunas de las obras prometidas por el Fondo de Adaptación –manifiesta– no se han hecho, como las casas en el sector rural, en donde se prometieron 120, y hasta ahora no hay ninguna terminada. Además, “los ranchos de los campesinos jamás fueron reparados”, advierte.
De la Rosa también arremete contra el programa de reactivación económica de la Gobernación del Atlántico, en el que se invirtieron más de 20.000 millones de pesos, con plata de las regalías y de otros fondos, en el repoblamiento bovino. Aquí se entregaron 5.000 vacas preñadas a 1.000 familias ganaderas afectadas y 3.000 hectáreas recuperadas. “El sistema fue un fracaso, el pasto nunca creció, y las vacas regaladas fueron de mala calidad; más del 40 por ciento no dan leche”, sostiene.
El presidente de la Asociación Agropecuaria del Sur del Atlántico (Agrosur), Eduardo Majul, también insiste en que la situación económica no levanta, y que el programa de repoblamiento bovino solo representa el 10 por ciento de las reses que se perdieron. Y añade que en el 2010 la región de Manatí producía diariamente 60.000 litros de leche, pero que hoy no se alcanzan a recolectar 15.000 litros.
“Pedimos al Ministerio de Agricultura unos créditos a largo plazo con intereses subsidiados, pero no nos prestaron atención. Aprobaron préstamos a dos años para la recuperación de las tierras, cuando todo estaba bajo el agua. Mucha gente se comió esa plata y hoy están en cobros jurídicos”, explicó.
Demoras en las obras
Desde Barranquilla también llueven críticas al Gobierno Nacional por las demoras en algunas obras.
El diputado del Atlántico Jorge Rosales Steel advierte que mientras el Fondo para la Reconstrucción y el Desarrollo Social del Eje Cafetero –región sacudida por un sismo en 1999– logró en tres años 110.000 soluciones de vivienda, en el Atlántico el Fondo de Adaptación se rajó.
Según las cuentas de Rosales, de las 1.419 soluciones de vivienda que el fondo debió entregar en octubre, van 610 tras dos años de ejecución.
A la fecha, el fondo reporta la entrega de 16 obras de acueducto y alcantarillado, que hacen parte de los 29 proyectos que beneficiarían a 212.000 habitantes. Germán Arce Zapata, gerente del Fondo Adaptación, señala que gracias a estas obras se ha logrado ampliar la cobertura de acueducto del 80 al 98 por ciento y de alcantarillado del 20 al 98 por ciento.
El fondo espera beneficiar a más de 25.000 atlanticenses con la entrega de 6.389 viviendas, 7 sedes educativas y 5 instituciones prestadoras de salud mientras se avanza en los estudios para la reconstrucción del canal del Dique.
Mientras tanto, Luis Carlos seguirá tratando de arrancarle algo a la tierra.
LEONARDO HERRERA DELGHAMS / El Tiempo
Página Web – 2014/11/29
Fuente: http://www.eltiempo.com