Con el desplome del Space cambió la historia de la construcción. Edificios tienen fallas similares.
A la par que Lérida CDO sacaba un comunicado de prensa en el que aseguraba que todas sus edificaciones fueron construidas respetando la norma, EL TIEMPO conoció estudios que evidenciarían que no fue así.
La constructora, que pasó de ser una de las más prestigiosas de Medellín a la más señalada después del desplome del Space –que dejó 11 muertos–, habría usado el mismo modelo de construcción para el Asensi, Continental Towers y Colores de Calasania, todos evacuados.
Para cada uno de esos proyectos, casualmente, se usaron los diseños estructurales del calculista Jorge Aristizábal quien, desde la caída del Space, no sale a dar la cara a la opinión pública.
Pero hay más con él. El experto en patología estructural, ingenierio Roberto Rochel Awad, le reveló a este diario que no solo esas edificaciones sufren patologías similares a las del Space.
También están en tela de juicio Mantúa (El Poblado), Cerezos de Calasania (Calazans), Punta Luna 1 (Calazans), San Miguel del Rosario (Villahermosa) y Alcala, de Bello. Todos construidos después de que la firma de Aristizábal fuera avalada por la Curaduría Segunda la cual aprobó la totalidad de las construcciones anteriormente mencionadas.
Rochel Awad es, quizá, el que más conoce del fenómeno que califica como “el desastre de la ingeniería colombiana”. Propietarios de los edificios afectados, al igual que la Alcaldía, lo contrataron para que estudiara las patologías de cinco de los ocho edificios.
“No son tan graves como las del Space, pero hay un grave error en la evaluación del peso de la estructura, lo que implica un alto riesgo para quienes las vayan a habitar (...) mejor dicho esos edificios no aguantan ni con su propio peso”, indicó.
Esos errores, en términos coloquiales, son el espesor de las columnas que solo tienen 20 centímetros cuadrados, con una luz (distancia entre las mismas columnas) de 8 metros, estribos que no soportan el peso vertical, espesores de la losa (piso) que no superan los 30 centímetros, muros rígidos basados en bloques de concreto y que van en contra de todas las normas de la construcción.
“Para edificios de ese tamaño las columnas deben de ser de mínimo 40 centímetros cuadrados con una menor distancia entre ellas y bien orientadas. Nada de eso se hizo”, aseguró.
A los cálculos de Rochel, se suma el informe de la Universidad de los Andes que da cuenta de que el Asensi sufre, en cada detalle, lo que explicó el ingeniero.
Según el estudio, este no cumple con los requerimientos básicos establecidos en las Normas Colombianas de Diseño y Construcción Sismo Resistentes, ya que su funcionalidad se ve afectada por las patologías halladas.
Una de ellas, y quizá la más grave, es que la edificación se construyó sin quedar clasificada “dentro de uno de los cuatro sistemas de resistencia sísmica” descritos en la norma. Esto quiere decir que si hay un movimiento telúrico la edificación no tendría capacidad de soportarlo.
“No hay claridad en referencia a cuáles requerimiento de diseño fueron utilizados para los elementos estructurales verticales del edificio”, reza en el informe.
Asímismo evidenciaron que no todas las muestras de concreto ensayadas, como parte del control de calidad en obra, cumplen con los requerimientos de resistencia mínima, por lo que recomendaron que el edificio no sea habitado hasta tanto no se corrijan esas peligrosas deficiencias.
Todo ello deja, hasta la fecha, 431 familias evacuadas de la misma cantidad de apartamentos. La mayoría (280) de Colores de Calazania, el último al que le impartieron la orden de desalojo el pasado 26 de abril.
El director del Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres (Dagrd), Carlos Gil, aclaró que aún no se atreven a asegurar cuáles otros edificios –aparte de los que ya cuentan con un estudio– pueden presentar los problemas ya conocidos.
“Comparten diseños constructivos parecidos, del mismo calculista y aprobados en la misma curaduría a los que ya están evacuados, pero no puedo decir que sufran de la misma patología, eso lo determinarán los estudios técnicos que ya solicitamos”, añadió.
Afectados con las evacuaciones solo piden que les cumplan
Haciendo cálculos a mano alzada Lérida CDO estaría sacando de sus arcas alrededor de 620 millones de pesos mensuales para atender a las 431 familias evacuadas de cuatro de sus edificios.
De acuerdo con expertos en patologías estructurales, repotenciarlos –como lo pretenden– no tardaría menos de seis meses, sin contar que esas propuestas deberán ser aprobadas por universidades que, técnicamente, indiquen sobre la viabilidad, o no, de su recuperación, lo que tardaría tres meses más.
Teniendo eso en cuenta, a la luz de la solvencia económica, Lérida CDO habrá invertido, para esa fecha, 5.580 millones de pesos en la atención a los evacuados, sin contar con lo que les tocaría pagar para repontenciar los edificios.
Eso ya preocupa a los afectados. Para Santiago Uribe, vocero de los habitantes del Space, es obligación de la compañía y de las autoridades garantizar su habitabilidad.
“Tendrán que responder porque violaron un Derecho Fundamental que es el derecho a la vivienda. Si no lo hacen, estaríamos ante una tragedia enorme que dejaría desplazadas, dentro de la misma ciudad, a casi 1.000 personas”, dijo sin ocultar el temor que han tenido desde el primer día del desplome del Space.
Ese mismo miedo lo viven en Colores de Calasania, el último edificio evacuado de la constructora.
“Claro que tememos. Pero esperamos que Lérida cumpla con lo que le exigió la Superintendencia que le dio tres meses para hacer los estudios”, dijo Hernán Giraldo, representante de los afectados de la unidad residencial.
Hasta el pasado viernes 144 familias, de las 280 evacuadas, ya habían firmado los compromisos con la constructora que ya les empezó a girar subsidios que oscilan entre los 450.000 y 700.000 pesos.
Este lunes habrá una jornada de asesorías jurídicas con abogados de la Defensoría del Pueblo y la Personería de Medellín.
Lérida, por su parte, reiteró su compromiso de atender integralmente a sus compradores: “Acatamos las indicaciones dadas por la Superintendencia de Industria y Comercio para atender temporalmente, mientras se adecúa la estructura en los términos de los estudios que se realizan, los valores de los arrendamientos (...) hasta que regresen a sus hogares”, indicaron.
YEISON GUALDRÓN / El Tiempo
Página Web - 2014/05/04
Fuente: http://www.eltiempo.com