• +58 212 2394936
  • +58 412 9090077
  • Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Nuevo Registro Social de Hogares (CHILE)

La falsificación de información se ve estimulada por el diseño de los programas sociales, que son, en su mayoría, de todo o nada.


A partir de este mes comienza un nuevo sistema de clasificación de los hogares para seleccionar a los beneficiarios de los distintos programas sociales, mayoritariamente focalizados en grupos específicos de la población.

 

Es sin duda un aspecto clave de las políticas sociales lograr identificar con precisión a los beneficiarios para los que se han ideado los diversos programas. En efecto, hay algunos pensados para el 20 por ciento más vulnerable, como los programas de vivienda sin deuda, y otros hasta el 60 por ciento de sectores de menores ingresos, como el pilar básico solidario del sistema de pensiones. Hasta 2015 el sistema de clasificación consistía en la Ficha de Protección Social (FPS), que ahora será reemplazada por el Registro Social de Hogares (RSH).

 

La ficha estaba sujeta a creciente manipulación por parte de los hogares potencialmente beneficiados. Así, por ejemplo, era evidente que mostraba un número mucho mayor de hogares cuyos jefes eran mujeres o con personas discapacitadas que los que se observaban en otros instrumentos como, por ejemplo, las encuestas Casen. Por supuesto, contribuía a esta situación el hecho de que la información de los hogares encuestados y que recibían el beneficio nunca era actualizada y que los hogares rechazados podían solicitar una nueva entrevista ajustando la información autorreportada para lograr satisfacer los requisitos que les permitían acceder a los beneficios buscados. Al mismo tiempo, el Estado no verificaba los antecedentes con registros administrativos.

 

La nueva ficha busca compatibilizar la información autorreportada con diversos registros administrativos: Servicio de Impuestos Internos, Registro Civil, Instituto de Previsión Social y Administradora del Fondo de Cesantía, entre otros. Al mismo tiempo, el registro transparentará las fuentes de información que se han utilizado para clasificar a los hogares.

 

Para generar este nuevo sistema, se trasladó información desde la FPS hasta el RSH. El primero de estos instrumentos ha encuestado a cerca de 12 millones de personas que forman parte de poco más de tres millones de hogares (no todos son receptores de beneficios). Inicialmente, las personas mantendrán sus beneficios hasta el momento en que estos se extingan o deban renovarse. Se ha informado que el RSH contendrá tramos de calificación socioeconómica en bloques razonablemente homogéneos. Ello tiene la virtud de evitar saltos abruptos en la clasificación, de tal forma de impedir un término inmediato de los beneficios, como ocurre en la actualidad, aunque la autoridad no ha informado bien sobre estos tramos.

 

La falsificación de información se ve estimulada por el diseño de los distintos programas sociales, los que son, en su gran mayoría, de todo o nada. Si la persona está, por ejemplo, en el 40 por ciento más pobre recibe todo el beneficio, pero si está en el 41 por ciento, no recibe nada. Esto genera el comportamiento que "quebró" la ficha de protección social. El control que supone la inclusión de registros administrativos puede reducir estos comportamientos, pero no los eliminará y puede incentivar la informalidad u otra forma de engaño. Piénsese en el diseño de la gratuidad, que comete el mismo error. Si la persona está en el 51 por ciento más vulnerable no recibe nada del beneficio (el acceso a becas y crédito aminora el problema).

 

Las consecuencias de estos cambios son difíciles de predecir. Por eso la incorporación será gradual. Quizás un caso emblemático sea la política de gratuidad en la educación superior. Es evidente que este beneficio no se asignará con el nuevo Registro Social de Hogares, sino que se utilizará el Formulario Único de Acreditación Socioeconómica (FUAS), que contempla un cruce mucho menor con datos administrativos que el RSH. El ordenamiento de los destinatarios según uno u otro instrumento puede conducir a ubicaciones distintas, pero cuando se trata de beneficios que son del todo o nada, ello podría causar polémicas que lesionen la legitimidad del resultado.

 

 


El Mercurio

Página Web - 2016/01/05

Fuente: http://diario.elmercurio.com/